Realmente una no sabe lo que te cambia la vida y la visión que se tiene de las cosas hasta que te pasa: Estos meses de papeles, de ocuparse de asuntos que normalmente ni me importaban me han hecho relativizar mis preocupaciones y darle importancia a otros temas que antes ni contaban para mí. Es un periodo especialmente de limpieza, tanto material como espiritual: de quedarte con lo relevante, con lo esencial y desprenderte de las cosas que te atan.
Personalmente estoy deseando de que todo se normalice aunque a veces tengo sentimiento de huida: quiero escapar de la responsabilidad, quiero hacer cosas que me gustan, pasar tres kilos del deber y lo convencional y dedicarme tiempo. Creo que el hecho de hacerme cargo de sopetón de tantas cosas a veces me agobia. Pero por otro lado me está haciendo madurar, plantearme sin complejos prioridades y hacer que pase de todas las pamplinas que antes me sulfuraban.
Gracias a todos los que me apoyais y los que os preocupais por mí: el tener amigos te da fuerzas para enfocar el futuro con ilusión. Me siento muy acompañada
Os prometo que pronto escribiré de cosas más alegres, colgaré algunas fotos chulas que he hecho y compartiré con vosotros otras vivencias. Pero me teneis que permitir que de vez en cuando esté de bajón ¿Vale?
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