Segunda semana

Ya hemos acabado la semana de oficina: ir al colegio sin niños no tiene nada que ver con lo que nos espera el lunes. Pero yo este año me lo voy a tomar con tranquilidad: disfrutando del trabajo, sin agobiarme excesivamente e intentando que el strés no me supere, que hay muchas cosas preciosas por las que pasamos de puntillas, y que no apreciamos. Por fin mi moratón va remitiendo y ya ha podido coger el coche, parece que vamos normalizando y el miércoles pude después de casi dos semanas ir a bailar: qué ganas tenía y que feliz me siento cuando dedico ese ratillo. Creo que el que no le guste no lo puede entender, pero es realmente relajante y me hace muy feliz. Es un privilegio tener un hijo con el que compartir este amor por la danza, tanto por lo latino como por el tango. Le doy gracias a Dios por ello. Esperamos disfrutar mucho en el congreso de salsa de Chiclana, aprender, bailar y conocer gente interesante. Aunque no quiero darme mucha caña por si acaso. Os animo a que os introduzcais en este mundo. Es realmente gratificante.

Primera semana

Ya hemos empezado el cole. Y si fuera eso nada más, seria todavia una playa. Pero han pasado tantas cosas en esta semana... desde el ingreso de mi suegra el sábado (ya está mejor), hasta mi desmayo el martes, con el consecuente chichón en la frente y moratón por todo el ojo (que cambia de color cada día)y el chorreo de pruebas, análisis y especialistas, hasta la supresión de la plaza de Ernesto con la incertidumbre de dónde estaremos este curso (al final se queda en Primaria, en el mismo cole).
Pero está claro que Dios aprieta pero no ahoga, y parece que estamos saliendo de todo. Lo único que la cabeza me duele, tengo un aspecto lamentable y esto me impide hacer mi vida normal. El viernes no pude empezar el curso de oriental, no creo que pueda ir a bailar salsa y mi marido no se atreve a que conduzca, por lo que todo lo que tengo que hacer se queda aplazado hasta que esté mejor. Esperemos que esta semana todo se normalice y podamos retomar amigos, tareas y vida personal, que realmente nos hace falta.