Fin de semana

Llega el fin de semana después de una semanita a tope. Nada más que en la tarde de ayer nos hicimos cerca de 90 kilómetros con el coche de un lado a otro de la Bahía, corriendo como los de este friso etrusco. Pero es que tenemos una vida muy apretada, y queremos estar en todas partes... y a veces eso no puede ser. Luego te llega el bajón, y hay que hacer una parada. Esta parada la estoy haciendo ahora, escribiendo estas lineas para mi gente. Reservándonos para el sábado y el domingo (tenemos dos milongas) y no me extrañaría que Pablo quisiera ir a bailar salsa esta noche... y está claro que esto me gusta a rabiar... Creo que ya habrá tiempo para aburrirse en casa, y hay que aprovechar estos momentos de compartir aficiones con tus hijos... aunque te suponga tragarte partidos de futbol, baloncesto, obras de teatro algo espesitas y superar el cansancio para ir a bailar. El caso es que soy como un coche viejo, le cuesta arrancar... pero luego no hay quien le pare, y aguanta lo que le echen hasta el final. Luego una buena ducha de madrugada (por eso de quitarse el olor a tabaco tan horroroso), tu pijamita y a la cama, con los ojos volcados a mi colección de iconos y dándole gracias a Dios por una vida compartida con tus hijos.

mis orgullos

Realmente el tener hijos es una fuente de orgullo. Pasamos muchas penalidades para educarlos y hacerlos buenas personas, sofocones, ayudarles en las tareas... pero lo compensan cada uno a su forma. Con María con su responsabilidad, su visión personal del mundo y su piano. Con Pablo con su aire de bohemio despistado, tan multimensional que es capaz de conjugar el amor por lo friki con el tango, la salsa, la historia, la filosofía y las matemáticas. Y con Jesús el deporte, su futbol, su baloncesto, su mentalidad luchadora, lider, persistente y dando todo. Realmente creo que le dejaré a la sociedad un buen patrimonio, espero que sigan creciendo y sean buena gente. Por cierto, comunicaros que Jesús ya está oficialmente en la Selección Gaditana de Baloncesto. Esperamos que haga un buen campeonato y disfrute de esta ocasión única.

fin de semana

Ya acabó el fin de semana de puente, y como dice María ha sido muy ajetreado. Desde baloncesto a salsa, de comidas con amigos a compras y ratillos de maruja, recogiendo ropa y cosillas de la casa. Pero sin embargo estoy tranquila, y disfrutando de las oportunidades diarias de disfrutar la vida. Creo que esta tranquilidad radica en la confianza, tanto en mi misma como en asumir que no todo lo puede arreglar una, dejando parte de las cosas a la Providencia, aunque no sea un tiempo politicamente correcto para hablar de ella. Por otra parte, el tener ratillos de reflexión y oración también me están ayudando, y creo que en el fondo es un proceso de crecimiento personal que me está haciendo mejor. Como veis, estoy un poco transcendente, pero es que se puede ser así y a la vez gustar del cachondeo, el baile y los amigos. No en vano, Jesús no se perdia una comilona y un jolgorio, y es en esos momentos donde puedes sentirte bendecido por los amigos y por tener gente que te quiere. En este sentido, inolvidable fue el sábado de la celebración de aniversario de Juan y Susan, donde realmente nos encontramos entre amigos y gente querida. Gracias a todos por esos momentos.

Desde la ultima

Desde la ultima vez que escribí han pasado bastantes cosas. Fundamentalmente además de recoger mis pruebas y pasar el mal rato en la resonancia, parece que está todo bien, lo de mi suegra.

Como todos sabeis murió hace una semana después de una larga enfermedad. Realmente en esos momentos es cuando se ve la entereza y personalidad del individuo. Ella no perdió el humor ni su cariño ante sus nietos a pesar del dolor y de encontrarse tan chunga. Me quedaré con el recuerdo de su charla animada con Pablo dias antes de su muerte: sus gestos de amor y complicidad y su forma de enfrentarse con el fin: con serenidad y con fe.

Ojalá todos tengamos esa profunda fe en Jesús en el momento del tránsito, y seamos capaces de aceptar la muerte como elemento de paso, no como final. Al fin y al cabo para el cristiano al no ser el final es un paso a la vida con Cristo, un paso a mejor (lo que no significa que quiera morirme).

Irse con la conciencia limpia y tranquila, sabiendo que a pesar de los defectos y meteduras de pata una ha querido ser consecuente con lo que piensa, ha dado lo mejor de sí para los que le rodean y ha sido auténtica y cabal.

Dios quieira que pueda ver en los momentos de repaso de mi vida todos a los que he ayudado y en la balanza pese más lo bueno que lo malo.

Está claro que para María lo bueno pesará más que lo malo, y que está participando en la comunidad de los santos con su Corazón de Jesús y su Virgen del Carmen de la que era tan devota.

Un beso