Trasiego

Muchas cosas pendientes y por hacer hemos tenido estos días: pasamos en Málaga casi una semana, disfrutanto de la ciudad (lástima que los resultados deportivos de Jesús no acompañaran), preparando maletas para las excursiones de los niños, organizando horarios para la semana del piano que tiene María, poniendo lavadoras tras lavadoras, pendientes del viaje a Bibao de Pablo.... mil avatares, mil cosas por llevar a cabo... pero disfrutando de cada momento. Este fin de semana tendremos milonga y echaremos un ratito con tangos, que también vienen bien. Es quizás unas de las conclusiones vitales que en estos últimas temporadas me llevo: la de disfrutar lo que se hace en cada momento, sintiéndose liberada de mochilas, de prejuicios, de lo políticamente correcto, de lo que hay que hacer: hacer y decir las cosas con libertad y transparencia, con autenticidad, sin intentar quedar bien, sólo sentirse bien con uno mismo, con su conciencia y con sus creencias. A lo mejor me estoy volviendo más borde, más clara, más utilitaria, pero a la vez me doy cuenta que como persona estoy creciendo y madurando, y que aprendo a distinguir cada vez mejor lo importante de lo accesorio, aclarando las prioridades, y dándo a cada cosa su justa medida.