Esperando un rato antes de tomar el cafelito, me he sentado en mi portátil nuevo a ver el correo. Portátil que usan por cierto, mis hijos mas que yo, y al ver lo que estaban escuchando me ha sorprendido una marcha de palio que me encanta, y que nos ha emocionado mucho a Jesús, que es el capillita oficial de la familia, y a mí. Creo que la sensación de escuchar una marcha, con sus cadencias, con sus acentos, con sus puntitos... es inigualable. Está claro que esto no se puede ni enseñar ni a querer. Te gusta o no te gusta, como si eres del Cádiz o no. Está metido tan en lo íntimo de cada uno que es imposible de explicar para mí, y supongo que de entender para el que no lo siente. Sin embargo, los que conectan con esta sensibilidad viven unos momentos muy especiales y una forma muy intensa de vivir la espiritualidad ( Esto va por tí, Gloria, por nuestros amigos los castellanos, y los no creyentes). Esto, unido con una buena cuadrilla de cargadores, es transformarse. Recuerdo especialmente a la Virgen del Prendimiento en San Francisco, la del Ecce Homo por Valverde ... y como no el caido en el Parque Genovés. Lo siento, yo también soy capillita...y gadita.
Ah, por cierto, es "la Macarena" de Paco Lola.
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