Rosario

Escuchando a Adriana Varela, me dispongo a escribir alguna cosilla para que me conozcais mejor. Hoy os voy a comentar algo que normalmente hago y que me sirve mucho, para tranquilizar mi espíritu, para ponerme en disposición ante una tarea complicada, o para ponerme en manos de Dios en un momento donde la situación te supera. Eso a lo que me refiero, si estuviera en otro idioma sería idealizado por los progres y considerado un mantra. Como es occidental... es carca y antiguo. Sí, me refiero al Rosario: esa cadena de oración que te lleva a un estado de escucha, de entrega...y que os puedo garantizar sirve, no sólo como terapia sino como medio de comunicación. Es ponerte en manos de María y que sea lo que Dios quiera. Y eso te da una paz, y una sensación de ser acogida y escuchada inigualable. Yo suelo rezarlo en la cama, cuando plancho, cuando estoy vigilando el recreo, cuando conduzco, cuando veo un partido complicado... y la cosa no es pedir para conseguir, sino pedir pero con la apertura mental de que sea lo mejor para todos, poniendose en manos de una madre que nunca te defrauda.

Hoy he ido además a ofrecerle a la Virgen del Rosario esas flores que le prometí si ganábamos el campeonato: he participado en la oración y en la eucaristía y he sentido el gran amor que desprende su mirada, la misma que desde niña me observaba entre nubes de nardos cuando es su día, la misma que escucha mis plegarias en los malos momentos... y ahora que estamos en los buenos sólo quiero agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros, por nuestra familia, por nuestros hijos... y pedirle que nos cobije en su manto bajo el suave murmullo de un avemaría. Gracias Charito.