A la vuelta del campeonato de Huelva nos encontramos con la papeleta de que mi padre se puso malo y está en el hospital. Parece que su corazón marchoso le ha dicho que no le de tanta caña y que se tome la vida con tranquilidad... tranquilidad... esa palabra que Don Fernando desconoce. Pero está claro que en este momento de su vida es lo que tiene que hacer. Disfrutad de lo que ha conseguido, recordar todos los sitios a los que ha viajado, ver crecer a sus nietos y dejar el estrés para los demás. Aunque esos nervios internos no creo que se los quite nadie, aunque le hayan dado un sustito. Estos momentos hace que uno valore más lo cotidiano, lo que normalmente no tenemos en cuenta y nos haga vivir en la provisionalidad y poniéndonos en manos de Dios. A ver si aprendemos y damos importancia a las cosas realmente importantes y dejamos los mosqueos por pamplinas aparcados.
Aquí os pongo una foto un poco tuneada por mi amigo Luis Carlos: es del fabuloso (su palabra favorita) día de la comunión de María. Esperemos que todo esté de ahora en adelante "Superióo".

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